domingo, 9 de febrero de 2014

Ebrias divagaciones



El lenguaje es defectuoso, ¿por qué existe entonces? Precisamente la respuesta es la misma: porque es defectuoso. Todas las palabras tienen pequeñas taras, no podemos expresar mediante el lenguaje una idea formada en nuestra mente, simplemente le damos una visión aproximada para intentar que los demás comprendan nuestra idea inicial, pero nunca podremos expresarla con total precisión.
Si el lenguaje no fuera defectuoso, si fuera perfecto, podríamos expresarnos con una mirada, un simple gesto, una palabra o, a lo sumo, una oración para manifestar una idea. Si el lenguaje fuera perfecto, no necesitaríamos explicar nuestra idea, porque ésta se explicaría por sí sola con una sola palabra. Por tanto, paradójicamente, el lenguaje desaparecería en su mayor parte.


Esta es una de las conclusiones a las que llegué una noche a las 6 de la mañana con unas cuantas copas de más. La otra conclusión a la que llegué es que quizá debería beber más.

1 comentario:

  1. Pink Floyd, la lingüista en ciernes que llevo dentro no se puede callar ante esta reflexión, que, aunque alcoholizada, me resulta muy interesante (de hecho, como bien sabes, en el ebrio mundo de la joss el alcohol está muuuy bien visto...)

    Es que, pensando, dices que el lenguaje sirve para expresar ideas que se forman en nuestra mente; sin embargo, lo que permite que el ser humano pueda formar ideas abstractas es, precisamente, el lenguaje. Este lenguaje ordena nuestro mundo, le pone nombres a las cosas que nos rodean, que, de no ser por estos ruidos fónicos a los que llamamos palabras, no existirían como tales. Sí, es cierto, me dirás, una montaña no deja de ser una montaña porque no la nombremos; pero, para poder reflexionar acerca de lo que esa montaña significa para un grupo humano, no solamente tenemos que percibirla con los sentidos, sino también nombrarla, tanto a ella como a los verbos y adjetivos que la definirán y que permitirán que esa montaña en concreto adquiera forma en el inventario mental humano. Y todo esto, por no hablar de lo que no percibimos por los sentidos, pues toda idea abstracta, fuera de lo puramente esencial para la vida física, parte de los recovecos que las palabras forman en nuestra mente.

    En definitva, el lenguaje no es un instrumento para el hombre, sino el motivo de que el hombre exista y de que se pueda considerar ser pensante. Lógicamente, las palabras muchas veces definen mejor una idea en el cerebro que en los sonidos de la lengua, pues muchos son los atenuantes contextuales que entorpecen la definición de una idea o un pensamiento que tan claro aparece en nuestra mente (lo digo yo, una tímida patológica). Pero así es la vida, llena de pros, de contras, de peros, de comas...

    Es mi opinión pequeñaja y, como ya te dije, me encanta que una traductora se plantee este tipo de cuestiones. Enfocado a tu futura profesión, dado que las palabras de una lengua determinan en cierto modo la visión que del mundo tienen sus hablantes, la tarea del traductor no es, simplemente, comprender las palabras, sino ver que en las conexiones de una lengua se encuentra un modo de percibir la realidad diferente, pues solo de este modo llegará al sentido último del texto, a la idea que un hablante extranjero desea transmitir y ser fiel a esa idea, introduciéndola en el universo que supone la otra lengua. Visto de este modo, tu trabajo, seguro, será aún más apasionante.

    Perdona la extensión, pero la lingüística, en cada una de sus partes, también da mucho de qué hablar (y nunca mejor dicho) jejeje.

    Si es que llegas al final, ¡te dedico un pibesazooo!

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